El Homo erectus fue el primer ancestro humano que se extendió por el Viejo Mundo, desde África hasta el sureste asiático, y siempre se ha pensado que era esbelto y ligero. Sin embargo, ahora la tecnología 3D ha desvelado que este era compacto, achaparrado y robusto, con una gran capacidad pulmonar.
La reconstrucción en 3D de la forma de la caja torácica del ejemplar de H. erectus conocido como el niño de Turkana, un esqueleto juvenil de 1,5 millones de años hallado en Kenia, sugiere que la forma del cuerpo humano moderno, con un tórax y una pelvis estrecha, apareció más tarde de lo estimado, con nuestra especie, el Homo sapiens, y no hace unos dos millones de años con H. erectus.
Esto sugiere un cuerpo más robusto y un volumen pulmonar mayor; hasta ahora se contemplaba su forma como esbelta o estilizada, lo que se asociaba a su habilidad para recorrer largas distancias.
Redacción (Agencias)