Un total de 70 presos participaron en un concurso de microrrelatos organizado por la ONG Solidarios para el Desarrollo con seis centros penitenciarios durante el confinamiento. Esta actividad cultural les ayudó a superar el doble encierro que sufrieron durante los peores días de la crisis sanitaria por la Covid-19.
Las cárceles de Navalcarnero, Soto del Real, Valdemoro, Sevilla I, Murcia y Granada acogieron el primer concurso de microrrelatos que organizó Solidarios en los centros en los que está presente, en colaboración con el Ministerio de Cultura. La iniciativa ayudó a sobrellevar el doble confinamiento que sufrieron los presos en las cárceles, primero por su condición de internos, y segundo, por la interrupción de las visitas y las actividades.
Por esta razón, desde el momento en que se colgaron los carteles del certamen en las cárceles, decenas de presos se lanzaron a escribir una pequeña historia de 200 palabras y temática libre a partir una frase: “Aún no había abierto la ventana de mi habitación cuando de repente…”.
“Oí pequeños y cortos pasos que se dirigían a mi habitación. ¡Feliz cumpleaños, papi Marcos!”
Así comienza uno de los relatos ganadores del primer premio. Su autor es Marcos Morales, un interno que lleva preso en el centro penitenciario de Sevilla desde hace cinco años. A tan sólo un año de quedar en libertad, lo único en lo que piensa es en salir para poder estar con su hija de cinco años. Cuenta que siente impotencia, rabia y decepción hacia sí mismo porque “que yo no esté con mi hija es culpa mía y solo mía, no es de nadie. Fue una decisión equivocada que tomé en mi vida lo que me llevó a esta situación”.
Marcos encontró en la escritura su refugio entre las cuatro paredes de la celda en la que pasa horas encerrado. Muchos días a las tres de la mañana se despierta y siente la necesidad de coger su cuaderno y escribir lo que se le ocurre en ese momento. Rabia, impotencia, tristeza… son algunos de los mensajes que, confiesa, se escribe a sí mismo, aunque estén dirigidos a otra persona.
Desde la cárcel de Sevilla Marcos concluye la entrevista con Servimedia enviando un mensaje claro: “de este mundo se sale” porque “todos tenemos derecho a equivocarnos”. Confiesa que muchas veces no sabes el valor que tiene un hermano, un amigo, un hijo o una madre” y sentencia: “cuando salga de aquí, la palabra de mi madre irá a misa”.
Redacción (Agencias)