Ventas de Huelma, un pueblo de Granada de unos 600 habitantes, ha arañado un hueco en la actualidad nacional e internacional gracias a su pantera negra, un «bicho» que mantiene activo un dispositivo especial de la Guardia Civil pero que podría ser un gato gordo y salvaje al que algunos han oído rugir.
En la felina búsqueda, la Guardia Civil ha sumado cámaras térmicas, ha instalado una caja trampa para atrapar al animal salvaje y cuenta con un arma con dardos tranquilizantes.
De momento, el único que ha logrado diana con su disparo ha sido el fotógrafo «freelance» Alfonso Azaustre, el encargado este jueves de poner rostro a la fiera de Ventas de Huelma al inmortalizar en un paraje cercano al municipio lo que más parece un gato al que la dieta durante el confinamiento se le ha ido de las patas.
Las fotos de ese gato negro y asalvajado se quedan de momento en cuarentena, el Ayuntamiento mantiene activa la petición de prudencia y también permanece el dispositivo de búsqueda, que continuará hasta que la Guardia Civil tenga al animal y pueda aclarar si era el bicho tan fiero como lo pintan.
Aunque la fiera que algunos vecinos dicen haber visto podría no ser más que «un lindo gatito», la búsqueda se mantendrá hasta que se dé caza al felino y se descarte que en esta historieta de rugidos, huellas y riesgos reales pueda quedar gato encerrado. O mejor dicho, en gato (que no pantera) en libertad.
Redacción (Agencias)