Rempods, una empresa que se dedica a la fabricación de productos interactivos para residencias y hospitales, es quién está detrás de una idea que ha tenido gran acogida en cientos de hogares de ancianos en Reino Unido: vagones falsos para personas con demencia.
El invento consiste en reproducir un vagón de tren colocando una pantalla de televisión que proyecte imágenes de viajes reales junto a un par de asientos y una mesa donde los residentes puedan sentarse con la familia para ponerse al día, como lo habrían hecho en su juventud.
Más de 800 vagones han sido vendidos a residencias de ancianos en todo el Reino Unido.
Richard Ernest, fundador y director de la empresa, de 42 años, tuvo la idea después de que su vecino de 98 años, Sidney Swash, le contara que la demencia de su mujer había empeorado en la residencia.
Con su testimonio, Richard se dio cuenta rápidamente de la importancia de la familiaridad para quienes padecen demencia y empezó a valorar el hecho de que los hogares de ancianos debían tener un entorno más estimulante para quienes viven con una enfermedad degenerativa.
Así pues, decidió crear una sala de recuerdos «emergente» rentable que permitiera a una residencia transformar un espacio en un ambiente terapéutico y relajante.
Redacción (Agencias)