Usar videojuegos durante la infancia mejora la memoria de trabajo años después, según una investigación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), que ha incluido sesiones de estimulación magnética transcraneal en los participantes del estudio, un tipo de estimulación cerebral no invasiva.
Aunque varios estudios ya habían demostrado que usar videojuegos provoca cambios estructurales y funcionales en el cerebro, como el aumento del tamaño de algunas regiones y la activación de regiones responsables de la atención y de las habilidades visoespaciales, la nueva investigación de la UOC va más allá y revela que algunos cambios cognitivos podrían producirse incluso años después de haber dejado de jugar a videojuegos.
En el trabajo, que publica la revista ‘Frontiers in Human Neuroscience’, los investigadores analizaron a 27 personas de entre 18 y 40 años con y sin experiencia en este tipo de entretenimientos audiovisuales.
«Aquellos que fueron jugadores habituales de videojuegos antes de la adolescencia, a pesar de que en la actualidad ya no lo sean, mostraron un mayor rendimiento en tareas de memoria de trabajo, que implican la retención y la manipulación de información en la mente para producir un resultado», según ha explicado Marc Palaus, autor del trabajo, junto a Elena Muñoz, Raquel Viejo y Diego Redolar, investigadores del grupo Cognitive NeuroLab de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC.
Los resultados muestran que los participantes que no tenían experiencia temprana en videojuegos no se beneficiaban de una mejora al procesar e inhibir estímulos irrelevantes y, de hecho, eran más lentos que quienes habían jugado a videojuegos de pequeños, lo que concuerda con estudios previos.
Redacción (Agencias)