Una investigación internacional en la que participan la Universidad de Lleida (UdL) y el Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña (CTFC) evidencia que pandemias como la de la actual covid-19 pueden convertirse en un “nuevo motor indirecto” de la deforestación tropical.
Los expertos han comparado las imágenes de satélite de la deforestación durante un periodo de cuatro semanas en 2020 con el mismo periodo correspondiente al 2019 en todos los trópicos del planeta. El análisis muestra un “aumento inmediato” de la deforestación tropical a nivel mundial después de las políticas nacionales e internacionales destinadas a minimizar el impacto del coronavirus sobre la salud humana.
Concretamente, durante el primer mes después del confinamiento, se detectaron alertas de deforestación en 9.583 kilómetros cuadrados, cerca del doble que en el mismo periodo de 2019, cuando fueron 4.732 kilómetros.
Según destaca el investigador Sergio de Miguel, pese a parecer que el confinamiento había aportado una mejora del medio ambiente, “la reducción en emisiones de carbono y gases de efecto invernadero fue relativamente marginal”.
Por ello, alertan de que se trata de “un problema que se está retroalimentando a sí mismo y que, si no redirigimos las consecuencias a corto, medio y largo plazo, las medidas que tomemos como sociedad global podrían adentrarnos todavía más en este círculo vicioso de desforestación y zoonosis”.
Redacción (EFE)