Se trata de una cualidad mucho más común de lo que se cree. La biofluorescencia está presente en wombats, bilbies y otros marsupiales que brillan cuando hay luz ultravioleta y proyectan gamas de verdes, azules y rosas. Una propiedad que recientemente también se reveló entre los ornitorrincos. Los biólogos Kenny Travouillon y Linette Umbrello experimentaron en dos docenas de mamíferos. Alrededor de un tercio de ellos brillaron», señaló Travouillon. Esto incluye ornitorrincos, equidnas, bandicoots, cuscuses y algunos murciélagos. Las criaturas australianas se unen a una serie de otros seres vivos que se biofluoresizan.
La biofluorescencia ocurre cuando un ser vivo absorbe radiación de alta energía como la ultravioleta y después emite luz a una frecuencia más baja. Han sido identificadas muchas proteínas que pueden producirlo en la piel o en otros tejidos de los animales. Incluso los huesos y dientes, según lo indica la científica del Museo Australiano, Greta Frankham.
Muchos de los mamíferos que brillan en la oscuridad son nocturnos o crepusculares (más activos al amanecer y al anochecer). La biofluorescencia requiere una fuente de luz para que el brillo se vuelva a emitir y hay menos luz ultravioleta por la noche.
Fotografía · Daily Mail (editada)