Ámsterdam anuncia que los turistas extranjeros tendrán vetado el acceso a los “coffeeshops”, los locales de venta y consumo de marihuana. Una decisión que adopta la Alcaldía de Ámsterdam dado al aumento de la demanda de este tipo de drogas blandas provocado por el llamado “turismo del cannabis”.
La alcaldesa, respaldada por la Policía y la Fiscalía del distrito, se muestra partidaria de restringir el acceso a estos locales a todos aquellos que no sean residentes de los Países Bajos. Según recuerda la primera edil, mientras que el número de “coffeeshops” en Ámsterdam se ha reducido de 283 a 166 en los últimos veinte años, la demanda de drogas blandas se ha disparado en la capital neerlandesa.
De todas las cafeterías de este tipo que se encuentran a lo largo del país, 1 de cada 3 se encuentra en Ámsterdam. Una situación que para a alcaldesa contribuye a que la ciudad se esté transformando en un lugar de reclamo para el turismo de “fiestas y alcohol” causando problemas a los residentes en la ciudad.
El objetivo de la medida es claro: potenciar el turismo cultural en la ciudad haciendo que los visitantes de Ámsterdam estén mas interesados en las instituciones culturales del lugar y no hacerlo para vagar “ebrios y drogados por sus calles”, en palabras de la propia alcaldesa en una entrevista a la televisión neerlandesa NOS.
No obstante, la regidora de Ámsterdam aún tiene que dialogar con el sector de los “cofeeshops”, así como con el concejo municipal. Antes de adoptar cualquier decisión definitiva se esperará a conocer los resultados que arroje una investigación encargada para dar luz acerca de hasta qué punto la venta ilegal de estas sustancias se puede trasladar a las calles si estos lugares de consumo dejan de ser accesibles para los visitantes extranjeros.
Por otro lado, según otra encuesta llevada a cabo por el municipio, un elevado número de potenciales turistas dejarán de visitar la ciudad si no se les permite la entrada a los “coffeeshops”, que si limitaran solo a atender la demanda local tendrían que cerrar sus puertas siendo tan solo necesarios unos 73 locales de venta y consumo de marihuana.
La alcaldesa se da un plazo de 12 meses para adoptar estas medidas que ya se están llevando a cabo en otros lugares de los Países Bajos, abriendo las puestas de los “coffeeshops” solamente a los ciudadanos con residencia en el país.
Por otro lado, el consistorio de Ámsterdam, también tiene sobre la mesa la posibilidad de cambiar la ubicación del Barrio Rojo, alejando este “centro erótico” del centro turístico.
En definitiva, un total cambio en la política turística de la ciudad para hacerla más atractiva también a los propios residentes de Ámsterdam que huyen hacia otros lugares de la periferia en búsqueda de tranquilidad lejos del turismo masivo.