Las temporadas de alergia al polen se alargan por el cambio climático, pues ahora empiezan 20 días antes, son 10 días más largas y resultan un 21% más intensas que en 1990, según un estudio dirigido por la Universidad de Utah (Estados Unidos).
El estudio, publicado en la revista ‘Proceedings of the Nacional Academy of Sciences’, indica que el cambio climático causado por los seres humanos desempeña un papel importante en el alargamiento de la temporada de polen y un papel parcial en el aumento de la cantidad de polen.
Las alergias al polen en el aire pueden ser más que una simple molestia estacional para muchos, ya que están vinculadas a la salud respiratoria, con implicaciones para las infecciones virales, visitas a emergencias hospitalarias e incluso el rendimiento escolar de los niños.
Estudios previos encontraron que los aumentos en la temperatura y el dióxido de carbono atmosférico, características del cambio climático causado por el hombre, pueden causar una mayor producción de polen en experimentos de invernadero y que trabajos a pequeña escala muestran un empeoramiento de las temporadas de polen en algunos lugares o en algunas plantas debido al aumento de la temperatura, los científicos aún no habían analizado las tendencias del polen a escala continental ni habían calculado la posible contribución del cambio climático.
El equipo compiló entre 1990 y 2018 mediciones de 60 estaciones de análisis de polen en los Estados Unidos y Canadá. Esos lugares recolectan muestras de polen y moho en el aire, que luego son analizadas por contadores certificados.
Para averiguar si esos cambios en el polen se deben al cambio climático, los investigadores aplicaron métodos estadísticos a las tendencias del polen junto con casi dos decenas de modelos climáticos.