Más de la mitad de las cuencas de los ríos del planeta -concretamente, el 53%- están fuertemente afectadas por las actividades humanas y son pocas las áreas de agua dulce de la Tierra que permanecen libres de la huella de los humanos.
Así se explica en un nuevo estudio publicado en la revista ‘Science’ y que presenta un enfoque novedoso y multifacético para evaluar el cambio en la biodiversidad a escala global.
A pesar de que los ríos y lagos cubren menos de un 1% de la superficie del planeta, sostienen un componente sustancial de la biodiversidad del planeta, incluida una cuarta parte de los vertebrados de la Tierra. Además, los sistemas de agua dulce apoyan el funcionamiento y la estabilidad de una variedad de ecosistemas, incluidos los que contribuyen al bienestar humano.
Siglos de actividad humana (sobrepesca, introducción de especies no nativas, urbanización de las riberas, contaminación del agua y cambio climático) han impactado directamente sobre la biodiversidad de agua dulce, lo que amenaza los sistemas fluviales y, en muchos casos, ha alterado la diversidad de especies locales.
Para abordar esta situación evaluaron hasta qué punto la biodiversidad de agua dulce ha cambiado debido a la actividad humana durante los últimos 200 años en 2.456 cuencas fluviales en todo el mundo.
Los autores afirman que estos ríos menos impactados estaban sobrerrepresentados en las regiones africanas y australianas. Señalan, asimismo, que la conservación de la diversidad de peces de agua dulce sólo en los ríos menos afectados permanecerá por debajo del objetivo de proteger al menos un 30% de la superficie de la Tierra para 2030, según lo propuesto por una amplia coalición de organizaciones ambientales. La protección también debe enfocarse en áreas donde la biodiversidad ya ha sido erosionada por la actividad humana, añaden.