Los veranos de cinco meses y medio pueden convertirse en la ‘nueva normalidad’ a finales de este siglo en las regiones comprendidas entre las latitudes medias del hemisferio norte, donde está situada España, si no se adoptan las medidas suficientes para frenar el cambio climático.
Esa tendencia se produciría principalmente en la región mediterránea y la meseta tibetana, según un estudio publicado en la revista ‘Geophysical Research Letters’.
Esa proyección basada en temperaturas se produciría si no se realizan esfuerzos para mitigar el cambio climático y la ‘nueva normalidad’ veraniega tendría impactos de largo alcance en la agricultura, la salud humana y el medio ambiente.
Los investigadores utilizaron datos de temperaturas medias diarias entre 1952 y 2011 del Centro Hadley de la Oficina Meteorológica del Reino Unido (Mett Office) para medir los cambios en la extensión y el inicio de las cuatro estaciones del año en latitudes medias del hemisferio norte.
Los investigadores proyectaron que, si no se toman medidas para mitigar el cambio climático mediante la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, en 2100, el verano en las latitudes medias del hemisferio norte duraría del 6 de mayo al 19 de octubre, y el invierno se acortaría del 18 de diciembre al 18 de enero.
En consecuencia, la primavera y el verano comenzarán antes, mientras que el otoño y el invierno empezarán más tarde. Los mayores cambios de los ciclos estacionales se producirán en la región mediterránea y la meseta tibetana, según los autores.