Este jueves se cumplen dos años desde el terrible incendio que acabó con la cubierta de la icónica catedral de Notre Dame con todas las vistas puestas en 2024, fecha que se marcó el propio presidente francés Emmanuel Macron para su reapertura.
El Ejecutivo francés ha transformado las obras de reconstrucción en todo un escaparate para su trabajo y, aunque no testé finalizado al 100%, devolver el culto y las visita a la catedral el 15 de abril de 2024.
Para lograr este hijo, se han de superar los tres grandes escollos que están complicando las obras de reconstrucción: la contaminación por plomo, la crisis sanitaria y la orden emitida por la prefectura que, debido al peligro, regula el número de personas que puede estar en la catedral.
La primera fase de reconstrucción, la de consolidación de las estructuras, está a punto ya de finalizar. Si los trabajos siguen según lo previsto esta etapa culminará a finales de verano. Para entonces ya se habrá retirado andamio quemado de la aguja y que amenazaba con derrumbar el edificio, la evacuación del gran órgano, las pruebas de restauración en las capillas y la limpieza de las bóvedas.
En la segunda mitad de este año comenzará el inicio de la restauración propiamente dicha, aunque algunos de estos trabajos ya han comenzado, como el proceso de limpieza de las capillas que ha comenzado -en fase de pruebas- en las de Nuestra Señora de Guadalupe y en la de San Fernando. También se ha seleccionado el millar de robles que se utilizarán para reconstruir el armazón del transepto y la aguja.
Para llevar a cabo estos trabajos está siendo imprescindible la colaboración ciudadana. De momento ya se han recibido un total de 833 millones de euros en donaciones, una cantidad espectacular pero que puede no ser totalmente suficiente para cubrir el coste de las obras y los gastos que quedan por cubrir.