La Torre Eiffel, uno de los monumentos más emblemáticos de París y que recibe cada año a unos siete millones de visitantes, se ha apuntado al carro de las energías renovables gracias a una iluminación que utiliza hidrógeno libre de carbono.
El espectáculo lumínico que ha permitido inaugurar esta apuesta por las energías más limpias, ha albergado una escenografía de luces verdes y azules que se han proyectado a lo largo de los 300 metros que mide el monumento y que ha estado acompañado por una composición musical de Jean-Benoît Dunckel, del grupo Air.
Se trata de una apuesta -en línea con el plan actual para la transición energética en Francia- para sensibilizar sobre la necesidad de una transición ecológica hacia las energías renovables.