Spencer Elden, que de niño apareció en la famosa portada del disco «Nevermind» (1991) de Nirvana, denunció este martes a los exintegrantes y herederos del grupo y les acusó de pornografía infantil.
La denuncia ha sido presentada en un juzgado californiano y fue recogida por medios estadounidenses.
Kurt Cobain, entre los señalados
La demanda sostiene que los acusados se beneficiaron y continúan beneficiándose de «la comercialización de la explotación sexual» de Elden.
Entre los señalados por esta denuncia aparecen Dave Grohl y Krist Novoselic, que junto al legendario y desaparecido Kurt Cobain (1967-1994) componían la formación clásica de Nirvana.
La demanda también apunta a Kirk Weddle, que fue el fotógrafo de la portada de «Nevermind»; y a Courtney Love como heredera del patrimonio de Cobain.
Extrañamente, la denuncia también acusa a Chad Channing, que fue batería de Nirvana en sus primeros años y que abandonó la formación en 1990, es decir, antes de que se editara «Nevermind».
Elden busca una indemnización por, según dice la demanda, «los daños que ha sufrido y seguirá sufriendo de por vida».
Una portada icónica
La portada de «Nevermind» está considerada como una de las más icónicas de la historia del rock y muestra a un bebé buceando en una piscina y a la caza de un billete de un dólar.
Como adolescente y como adulto, Elden se ha metido de nuevo en la piscina para recrear varias veces esa portada. Eso fue lo que hizo, por ejemplo, en 2016 cuando se cumplió un cuarto de siglo del álbum.
En otras ocasiones ha mostrado ante la prensa su disgusto por estar vinculado a esa imagen.
La depresión, la rabia y la angustia reventaron las listas de éxitos gracias al grito desesperado de Nirvana en «Nevermind», un disco que, con su rock atormentado y herido, llevó el estilo grunge al apogeo de su revolución.
Liderados por un mártir ateo y arrastrados por el huracán de «Smells Like Teen Spirit», tal vez la canción más importante e influyente del rock de los años 90, Nirvana volaron muy alto con «Nevermind», pero su éxito también encaminó a su cantante Kurt Cobain a un laberinto de autodestrucción del que no saldría con vida.