Nunca antes se había visto: un joven ha demostrado poder dilatar sus pupilas a voluntad.
El ‘International Journal of Psychophysiology’ se ha hecho eco de un hecho insólito. Un joven alemán de 23 años puede dilatar y contraer sus pupilas a voluntad, sin emplear trucos mentales.
Hasta ahora, la ciencia consideraba imposible que alguien pudiese hacer esto.
Un hecho sin precedentes
Ante la oscuridad, las pupilas se dilatan, para captar toda la luz posible. En cambio, ante luces potentes, tienden a contraerse. A excepción de la luz, solo hay tres motivos por los que podrían dilatarse o contraerse en otros momentos: el consumo de drogas, la excitación sexual y algunas patologías.
En principio, ese es el funcionamiento de las pupilas. Excepto en el caso de este joven alemán.
Y es que si bien hasta el momento ya se habían visto casos en los que las personas eran capaces de contraer o dilatar sus pupilas a través del entrenamiento de la mente (haciéndola creer que había más o menos luz de la real), nunca se había registrado un caso en que no hiciese falta ese control mental.
Un don precoz
Según la publicación, el joven descubrió que tenía esa habilidad cuando tenía 15 años. Decía «Le mostré a un amigo que puedo hacer temblar mis globos oculares y él notó que mis pupilas se volvían pequeñas. Contraer la pupila se siente como agarrar, tensar algo; dilatarla se siente como liberar algo completamente, relajar el ojo».
Al parecer, el joven alemán puede dilatar el diámetro de sus pupilas hasta alcanzar los 2,4 mm. A la hora de contraerlas, es un poco menos: unos 0,8 mm. Además, al poder contraer las pupilas más de lo normal, puede enfocar objetos dos veces más cercanos de lo habitual.
Los investigadores tienen una teoría, y es que este joven es capaz de establecer una conexión neuronal desconocida con el ganglio ciliar o el nervio oculomotor.