Dependiendo de la altura en la que se encuentre un animal, determinará la evolución del mismo. Por lo que un ave o mamífero tendrá unas mejores condiciones de vida teniendo en cuenta si está situado en ascenso y no en descenso.
Para corroborar esta teoría, los investigadores de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, han combinado reconstrucciones de los cambios en la elevación de la superficie terrestres vinculándolo con datos sobre el cambio climático y la localización de las especies en un transcurso de tiempo de tres millones de años.
Los resultados claros han sido que las especies evolucionaron hacia otras nuevas a medida que cambiaba la elevación de la tierra y desvinculaban los efectos de la elevación de las consecuencias del clima. El estudio concluye que el efecto del aumento de la elevación es mayor que el del cambio climático histórico.
Estos resultados explican el motivo por el cual en las cimas de las montañas hay más especies únicas que no se encuentran en otros lugares. Hasta el momento se tenía la idea de que la formación de nuevas especies estaba impulsada por el clima, pero han descubierto que el cambio de elevación tiene un efecto mayor a escala global.