La relación de las abuelas con sus nietos suele ser algo muy especial. Ahora, la ciencia explica qué ocurre en sus cerebros para entenderlo.
La figura de las abuelas ha sido, tradicionalmente, un pilar fundamental en las familias. Y en los últimos tiempos, en los que los nietos cada vez pasan más tiempo con sus abuelos, todavía más.
Pero es que, además, la relación entre las abuelas y sus nietos suele ser muy especial. Tanto es así, que un grupo de científicos de la Universidad de Emory, en Estados Unidos, ha decidido investigar por qué pasa esto.
Se activan las regiones cerebrales de la empatía
Según estos expertos, cuando las abuelas miran a sus nietos se activan una serie de zonas en el cerebro que están relacionadas con la empatía emocional. De hecho, para que se activen ni siquiera hace falta que tengan a los pequeños delante: basta con que miren fotos suyas.
James Rilling, profesor de antropología de Emory, es el autor principal de este estudio. Así, ha explicado que «lo que realmente salta a la vista de los datos es la activación en áreas del cerebro asociadas a la empatía emocional».
Tal y como indica Rilling, que se activen estas zonas del cerebro sugiere que las abuelas sienten lo mismo que sus nietos cuando interactúan con ellos. Por eso, cuando el niño sonríe la abuela siente su alegría, y lo mismo ocurre cuando lloran, que sienten su dolor y su angustia.
Las abuelas no reaccionan igual que las madres
Esta reacción cerebral se produce solo cuando las abuelas miran una foto de sus nietos. De hecho, este grupo de científicos también ha estudiado qué ocurría cuando miraban fotos de sus hijos, y la reacción era muy distinta. Así, si con los nietos se activan las regiones empáticas, con los hijos hay una mayor activación en un área asociada a la empatía cognitiva.
Esto supone que, cuando estas mujeres observan a sus hijos, están intentando entender lo que su hijo adulto piensa o siente y por qué. Pero, en lugar de hacerlo desde el punto de vista emocional, es un proceso más racional.
La «hipótesis de la abuela»
Tradicionalmente se ha estudiado la relación entre los progenitores y sus hijos, pero cada vez gana más peso el papel de las abuelas en la crianza. Tanto es así, que se ha creado la conocida como la «hipótesis de la abuela». Esta teoría dice que la razón por la que las mujeres tienden a vivir mucho más allá de su edad reproductiva es porque proporcionan beneficios evolutivos a su descendencia y a sus nietos.
Este fenómeno se da en muy pocas especies. De hecho, a nivel evolutivo es una anomalía que se llegue a vivir la menopausia. En casi todas las especies las hembras se mantienen fértiles a lo largo de toda su vida. Poder vivir vivir décadas después de cesar de ovular y, por lo tanto, de poder procrear solo ocurre, además de la especie humana, el calderón tropical, la beluga, el narval y la orca, todos ellos cetáceos odontocetos.
Redacción