Solo hay quince ciudades en España que tienen el título de Patrimonio de la Humanidad. Y solo una de ellas está en Canarias. Es San Cristóbal de La Laguna.
Fundada a finales del siglo XV una vez concluida la conquista de Tenerife, la configuración urbana de La Laguna sirvió de modelo para las nuevas ciudades que se crearon en el continente americano recién descubierto. Concebida como una ciudad de paz, no amurallada, fue diseñada a la medida del hombre, siguiendo criterios humanistas que hoy perduran.
Un simple paseo por la vieja ciudad –y La Laguna es una ciudad que invita a pasear- hace evidente la disposición geométrica de sus calles; vías habitadas por viejas casonas y palacetes con fachadas de colores intensos o pórticos de piedra.
La Laguna ha sido eje político, económico y social de Tenerife durante cinco siglos, lo que se evidencia en el señorío austero de su arquitectura y la sobria belleza de sus monumentos, edificios públicos y numerosos templos, como la Iglesia y Convento de San Agustín; la Catedral de Los Remedios; el Real Santuario y ex Convento de San Francisco, donde se venera la hermosa imagen flamenca del Santísimo Cristo de La Laguna; la Casa Salazar, muestra del barroco canario; o los palacios de Nava y Lercaro.
Sin embargo, los encantos de esta ciudad modélica no se agotan en su apariencia externa. La cordialidad de sus gentes, la dulce cadencia de su acento, su antigua cultura de anfitriones, la presencia bulliciosa de los casi treinta mil estudiantes de su bicentenaria Universidad, la dotan de un espíritu entrañable de cuya calidez disfrutará el visitante.
La Laguna es además uno de los principales focos culturales e intelectuales del Archipiélago. Además de la Universidad, alberga la sede de organismos como el Instituto de Astrofísica de Canarias o del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y muy activas sociedades civiles y entidades culturales. Una de sus joyas culturales es el Teatro Leal, con una actividad escénica constante.
Más allá de su centro histórico, reúne en la amplia extensión de su término municipal una variedad natural envidiable. En su litoral el visitante puede disfrutar de las piscinas naturales de agua de mar, distinguidas con la bandera azul por la calidad de sus aguas y su cuidado medioambiental.
Y al mismo tiempo, el Parque Natural de Anaga, con su valioso bosque de laurisilva y su gran interés paisajístico, constituye una de las zonas de mayor valor ecológico de Tenerife, ideal para la práctica del senderismo en contacto con la naturaleza.
En la actualidad, La Laguna sigue siendo uno de los motores del Archipiélago en todos los ámbitos. Con una población de casi 159 000 habitantes, según el padrón de 2020, es la tercera ciudad de Canarias. Un pujante sector comercial y una ciudadanía dinámica y comprometida han sabido configurar una ciudad cosmopolita y moderna, que mantiene el equilibrio justo entre la conservación de su patrimonio histórico y un constante crecimiento económico.
En 2018 la ciudad fue visitada por más de 1.200.000 turistas. Tras el parón que ha supuesto la pandemia, el turismo nacional e internacional empieza a mirar de nuevo hacia esta joya de Tenerife que es San Cristóbal de La Laguna, Ciudad Patrimonio de la Humanidad.