Con sus sólo 11 centímetros y sus caderas rechonchas, la Venus de Willendorf se ha revelado ahora como una gran viajera. Un análisis microscópico ha revelado que su origen está 700 kilómetros al sur de donde se encontró, lo que demuestra la gran movilidad de los humanos de hace 30.000 años.
El estudio, publicado recientemente en la revista Scientific Reports, sitúa su procedencia, o al menos el material del que está hecha, cerca del lago de Garda, en el norte de Italia, a unos 700 kilómetros de la localidad austríaca de Willendorf, a orillas Danubio, donde fue encontrada en 1908.
Según detalla Gerhard Weber, antropólogo de la Universidad de Viena, la Venus pudo viajar desde Italia a Austria gracias a las costumbres de la gente del Gravetiense, una fase cultural del Paleolítico superior.
Durante este período se tallaron una gran cantidad de esculturas femeninas que representan el cuerpo de la mujer con exagerados atributos de fertilidad, como las caderas o los pechos.
Este es el caso de la Venus de Willendorf, una figura femenina de sólo 11 centímetros con grandes senos y caderas anchas de la que desde su descubrimiento -el 7 de agosto de 1908- se desconocía dónde fue esculpida y de dónde era la piedra con la que se hizo.
La estatuilla, de unos 30.000 años de antigüedad, continúa expuesta en el Museo de Historia Natural de Viena junto a otros descubrimientos arqueológicos de la Edad de Piedra.
Redacción (Agencias)