La población europea consume de media 60,6 kilos de soja al año, el 90% de los cuales se trata de “soja oculta” porque no figura como ingrediente en los alimentos, pero se toma indirectamente porque se emplea para producir carne, huevos, pescado y productos lácteos.
Así se recoge en una nueva investigación encargada por WWF, titulada “Mapa de la cadena de suministro de soja europea: soja oculta en productos animales consumidos en la UE27 + Reino Unido”, y dada a conocer este viernes.
Según esta ONG, el consumo de este alimento se asocia en su mayoría con la destrucción de bosques, sabanas y praderas en América del Sur. En pleno debate de la próxima ley de deforestación importada en la UE, la organización pide a los gobiernos europeos que aseguren que la cesta de la compra está “libre de destrucción de la naturaleza”.
En 2020, el europeo medio consumió 237 huevos; 117 kilos de varios productos lácteos; 58 kilos de carne de cerdo, aves, ternera y otras carnes, y 2 kilos de pescado de piscifactoría. En algunos casos, como con el pollo y el salmón, la cantidad de pienso animal de soja empleado es casi igual a la del alimento producido.
En este sentido, se necesitan 95 gramos de soja para producir 100 gramos de salmón de piscifactoría y 96 gramos de soja para 100 gramos de pechuga de pollo.
“Necesitamos abrir los ojos al impacto que el modelo de consumo de la Unión Europea tiene no sólo en los bosques, sino también en los pastos y las sabanas: no podemos apoyar la destrucción de la naturaleza ni los medios de subsistencia de las personas en terceros países para llenar nuestra cesta de la compra”, apuntó Elena Domínguez, técnico del programa de alimentos de WWF España.
Redacción (Agencias)