El Ártico ha perdido alrededor de un tercio de su volumen de hielo marino en invierno desde 2003, año en que se lanzó el satélite ICESat, de la NASA, y del que se han tomado datos para analizar el espesor helado en esa zona del planeta.
Así se explica en un estudio realizado por los científicos polares estadounidenses Sahra Kacimi, del Laboratorio de Propulsión a Chorro del Instituto de Tecnología de California, y Ron Kwok, del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad de Washington, y publicado en la revista Geophysical Research Letters.
El hielo marino estacional en el Ártico se derrite completamente cada verano en lugar de acumularse a lo largo de los años y reemplaza al hielo más grueso de varias temporadas.
Los investigadores descubrieron que el uso de estimaciones basadas en la climatología de la profundidad de la nieve puede sobreestimar el espesor del hielo marino hasta en un 20% o hasta 0,2 metros.
«La profundidad de la nieve del Ártico, el grosor y el volumen del hielo marino son tres medidas muy difíciles de obtener», apunta Kwok, que añade: “La conclusión clave para mí es la notable pérdida del volumen de hielo marino del Ártico en invierno (un tercio del volumen de hielo invernal perdido en sólo 18 años) que acompañó a una pérdida ampliamente informada de hielo marino viejo y grueso del Ártico, y una disminución al final de la extensión del hielo de verano”.