Las colillas suponen la tercera parte de los residuos de las playas españolas.
Que las playas tienen que estar especialmente protegidas y cuidadas es un hecho. No solo porque sean uno de los grandes atractivos turísticos de España, sino también porque son parte fundamental en la lucha por un medio ambiente más sostenible y cuidado.
Por eso, los ecologistas han querido llamar la atención sobre uno de los residuos más frecuentes en las playas: las colillas. Por tanto, consideran que, para prevenirlo, las autoridades deben adoptar medidas concretas que frenen la generación de basura dispersa en el medio marino.
Una colilla tarda diez años en degradarse
Más allá de una cuestión estética, las colillas hacen un daño medioambiental incalculable. No solo las que se fuman en la playa (por lo que muchos grupos ecologistas están pidiendo que se prohíba fumar en ellas), sino también las que se desechan por otros medios. Y es que cerca de 32 800 filtros se desechan cada año en España, de los que cerca de un 15% termina en las playas.
Según la Universidad Autónoma de Barcelona, el 30,6% de los desechos de las playas españolas son colillas. Como están hechas de celulosa (material termoplástico), su proceso de degradación lleva entre 5 y 10 años, al tiempo que se eliminan sustancias tóxicas como níquel, alquitrán o cadmio.
Redacción