El territorio español peninsular ha triplicado su degradación activa en la última década, según una investigación del Grupo de Desertificación y GeoEcología de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), dentro del proyecto LifeWatch ERIC–SUMHAL.
Según ha alertado la EEZA-CSIC en una nota, se ha detectado un aumento en la degradación del territorio y una disminución en la recuperación de la vegetación en este periodo, de forma que los resultados obtenidos muestran que la degradación de la vegetación afecta en mayor medida a la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Murcia.
Según el estudio, los procesos activos de degradación, que implican pérdida de producción primaria neta y biomasa vegetal a lo largo del tiempo, afectaron a 28.123 kilómetros cuadrados en España peninsular durante el periodo 2011-2019.
“Estimaciones conservadoras muestran que la superficie ocupada por esta tendencia cuando menos se ha triplicado respecto al periodo 2000-2010. En paralelo, se detectó aumento de vegetación en 81.551 km2”; han dicho.
Esta extensión representa “solo dos terceras partes de las obtenidas para el decenio anterior”. Por todo ello, los investigadores concluyen que el territorio en degradación ha aumentado, mientras que el territorio donde se recupera vegetación ha disminuido, en los últimos diez años.
Estas tendencias se calculan independientemente de las fluctuaciones climáticas, por lo que deben “interpretarse en un contexto de gestión humana y desertificación actual”.
La degradación de la vegetación está causada por la sobreexplotación recurrente de agroecosistemas, y por catástrofes como incendios forestales.
“En este estudio se observa más frecuentemente en el sureste y centro peninsular, asociada con cultivos permanentes de viñas y frutales, áreas con vegetación dispersa, pastizales naturales y zonas quemadas. Murcia, la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha aparecen como las comunidades más afectadas”, ha dicho Gabriel del Barrio, investigador de la EEZA-CSIC.
“El aumento de vegetación corresponde, en la mayoría de los casos, a una sucesión ecológica secundaria que tiene lugar en tierras marginales tras su abandono, y puede observarse más raramente tras la sustitución de vegetación natural por cultivos. Esta tendencia, generalmente asociada a zonas forestales, resultó especialmente frecuente en Galicia, Asturias y Cataluña”, ha indicado.
El escenario encontrado representa un “empeoramiento” reciente de las tendencias de condición de la tierra, e implica dificultades adicionales para la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible 15.3, que es alcanzar neutralidad en la degradación de tierras para 2030.
Estos resultados se basan en el análisis de series temporales de imágenes de satélite del programa europeo Copernicus Global Land Service, y serán enviados en breve, tras una interpretación completa, para su publicación en una revista científica.
Han sido obtenidos dentro del LifeWatch ERIC-SUMHAL un proyecto europeo encuadrado dentro del programa FEDER de actuaciones relacionadas con la infraestructura distribuida paneuropea de e-Ciencia LifeWatch ERIC, y se encuentra financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación de España, a través de los Fondos Europeos de Desarrollo Regional (FEDER).
Redacción