Las posibilidades de fallecimiento en los primeros 5 años de vida de un niño se reducen hasta un 20% si ha sido amamantado por su madre, según ha señalado Acción contra el Hambre con motivo de la Semana Mundial de la Lactancia Materna.
La lactancia materna es una de las maneras más eficaces de asegurar la salud y supervivencia de un bebé. A la larga, esto significa una salud más robusta para toda la comunidad y protege a las madres frente a ciertas enfermedades como la diabetes y problemas cardíacos.
La lactancia materna exclusiva se ha incrementado en todo el mundo en los últimos años. Aun así, la cifra de 2019 (44% de los bebés de menos de seis meses alimentados con leche materna) está por debajo del objetivo del 50% para 2030.
Más sobre lactancia materna
Muchas mujeres se enfrentan a dificultades para encontrar el lugar y el tiempo para amamantar. La ONG Acción contra el Hambre tiene habilitados espacios seguros conocidos como ‘Baby Tends’ en zonas de conflicto o de población vulnerable, para poder alimentar al bebé y estar acompañadas por expertas que les ofrecen apoyo sanitario y psicológico.
También ofrece formación en lactancia para desmentir los prejuicios, terminar con prácticas perjudiciales para la salud y nutrición de los bebés y las madres, y les informa sobre la importancia y las mejoras técnicas para amamantar.
Las dificultades para dar pecho se agudizan cuando las madres viven momentos de estrés postraumático, y su salud mental se ve afectada por crisis y conflictos. Este deterioro impacta en el cuidado de los hijos y la lactancia, lo que puede llevar a malnutriciones y otros problemas de salud.
Redacción