Realizar actividades mentales de ocio, como leer un libro, escribir y hacer manualidades, pueden ayudar a reducir de media un 23% de demencia en comparación con quienes no dedican tiempo a esas tareas por placer o bienestar.
Un análisis para la revista médica ‘Neurology’ ha revisados los estudios disponibles sobre los efectos de las actividades cognitivas, físicas y sociales en el riesgo de demencia. Las actividades de ocio se definieron como aquellas practicadas por placer o bienestar y se dividieron en actividades mentales, físicas y sociales.
Estos estudios han demostrado que las actividades de ocio se asociaron con varios beneficios para la salud, como un menor riesgo de cáncer, una reducción de la fibrilación auricular y la percepción de una persona de su propio bienestar.
Otras actividades como practicar deportes o ser voluntario también están relacionadas con un menor riesgo de demencia.
Tipos de actividades
La actividad mental consistía principalmente en tareas intelectuales como leer o escribir por placer, mirar la televisión, escuchar la radio, jugar, tocar un instrumento musical, usar un ordenador y hacer manualidades. Los investigadores encontraron que las personas que participaban en ellas tenían un 23% menos de riesgo de demencia.
Las actividades físicas incluían caminar, correr, nadar, ir en bicicleta, usar máquinas de ejercicios, practicar deportes, yoga y bailar, las cuales reducen un 17% el riesgo de demencia.
Y las actividades sociales se refieren a asistir a una clase, unirse a un club social, ser voluntario, visitar a familiares o amigos o asistir a actividades religiosas, que suponen un 7% menos de riesgo de demencia.
Redacción