La laguna de Santa Olalla, la laguna permanente más grande de Doñana y la última que ha mantenido agua en agosto, ha terminado por secarse completamente, lo que se ha debido a un periodo de sequía intenso y la sobreexplotación del acuífero por el complejo turístico onubense de Matalascañas, lo que ha agravado la situación en Doñana.
Según ha informado en un comunicado la Estación Biológica de Doñana, ha quedado reducida a un pequeño charco en el centro, donde ya no acuden las aves acuáticas, y supone la tercera vez desde que se tienen registros de ello, ya que está registrado que se quedó completamente sin agua en 1983 y 1995.
Incide, además, en que Doñana históricamente ha sido un refugio para la fauna y cuenta con un importante sistema de lagunas, de las que solo unas pocas se mantienen con agua todo el verano, ofreciendo refugio a las primeras aves limícolas que migran al sur tras criar en el norte de Europa, y además constituyen los hábitats de un buen número de especies de flora y fauna estrictamente acuáticas.
Redacción.