La salsa nació entre la comunidad latina en Nueva York en los 60 del siglo XX y surgió de la combinación de fundir diversos ritmos caribeños.
Tuvo su gran auge en la década de los 70 y puso al mundo a bailar en español de la mano de las Estrellas de la Fania All Stars, los “Rolling Stones latinos”, apodo que le puso el productor y musicólogo puertorriqueño Richie Viera.
Han pasado seis décadas y este estilo inequívocamente latino y festivo sigue congregando apasionados seguidores en todo el mundo (Japón, Alemania, Canadá, entre muchos otros países).
Cuando apareció el reguetón y empezó a conquistar con sus ritmos pegajosos, los amantes de la salsa pensaron que la salsa perdería protagonismo. Sin embargo, a pesar de la popularidad del reguetón, la salsa tiene abundantes seguidores.
El Congreso Mundial de la Salsa
Muchos seguidores de la salsa viajan a varios lugares del mundo para seguir su pasión. Laila Tastasa es una joven israelí que asegura que “para los bailadores, es un sueño venir a bailar salsa a Nueva York”
«Cuando oigo la salsa, no existe nada más y eso que no soy latina», afirma Tastasa, de 24 años, una más de las 7.000 personas que este fin de semana bailaron sin parar el cadencioso ritmo en el Congreso Mundial de la Salsa, que culmina este lunes.
Edwin Rivera, bailarín y director artístico del evento, no considera que la salsa esté perdiendo terreno y, además, ha asegurado que esta música le ha dado sentido a su vida.
«La salsa es como el oro, nunca muere, siempre va a estar ahí, siempre tendrá un público, lo que pasa es que no tiene la mirada comercial» que tiene el reguetón, que nació en la década de los 90 como un movimiento underground, señaló.
Redacción (Agencias)