Aunque en la actualidad vivimos una sobrecarga informativa innegable y muchas personas tratan de desconectar de ella, hay quien busca lo contrario.
Últimamente y, probablemente, más que nunca, muchas voces se han alzado para protestar no solo por la irremediable sobrecarga informativa, sino también para señalar la necesidad de desconexión al respecto.
Pandemia, guerras, cambio climático… algunas de las razones por las que se ha creado una sensación de alarma inminente en la población así como la creencia de que el futuro próximo parece lleno de desgracias. A pesar de ello, las personas que en lugar de buscar esa desconexión parecen buscarla, son muchas más de las que podría parecer.
Según un estudio realizado en la Universidad Tecnológica de Texas, parece que eso de buscar malas noticias se ha convertido en un comportamiento compulsivo y problemático que puede estar en la línea de las adicciones a los juegos o a las redes sociales. Sin embargo, es todavía peor, porque se centra constantemente en temas amenazantes y peligrosos, lo que puede llevarnos a un estado mental desesperanzado y oscuro. Para llegar a estas conclusiones, se llevó a cabo una encuesta con más de 1000 adultos estadounidenses, y más del 16% informó que su consumo de noticias es «gravemente problemático».
La mayor parte de las personas encuestadas también reportaron síntomas físicos comunes de estrés y ansiedad, incluso dolores físicos como fatiga o dificultades gastrointestinales.
La actitud de pasar demasiado tiempo con el móvil leyendo noticias tiene un nombre y es ‘doomscrolling‘. Algunos expertos apuntan que estas cosas malas, observadas desde la comodidad del hogar, tienen un efecto potencialmente calmante. Incluso según un artículo de la ‘BBC’, esta atracción por la negatividad, podría tener una respuesta evolutiva ya que puede ser una forma de practicar ciertos mecanismos de adaptación desarrollados para gestionar circunstancias negativas de la vida.
Redacción