Este 23 de septiembre The Boss celebra su aniversario. El artista de Nueva Jersey dijo una vez que tenía la intención de hacer un álbum con letras como las de Bob Dylan que sonara como una producción de Phil Spector y con una voz como la de Roy Orbison, un ingenioso resumen de muchas, pero no todas, de sus ambiciones artísticas y una clave de su atractivo.
A diferencia de cualquiera de los otros cantautores cargados con el apelativo de «el nuevo Dylan» a principios de los 70, Springsteen nunca ocultó sus orígenes musicales. Amaba el rock & roll, ya fuera la explosión inicial de los años 50 o las mini sinfonías de los años anteriores a los Beatles. Todo esto podía escucharse dentro de su colectivo, la E Street Band , un grupo con el que debutó en su segundo álbum y quién lo apoyó durante la mayor parte de su carrera.
La E Street Band le permitió a Springsteen tocar toda su amada música (rock & roll, soul, jazz), pero aun así saldría de la banda para hacer un proyecto en solitario. En 1975 llegaría Born to Run, recibido por críticas superlativas. Este álbum puso a Springsteen en el mapa y durante los siguientes años trabajó duro, haciendo giras regulares con E Street Band y lanzando los aclamados y exitosos discos Darkness on the Edge of Town y The River.
Lo que empujó a Springsteen a la estratosfera fue Born in the USA de 1984, un disco que fue un éxito de ventas al alcanzar los 15 millones de unidades e hizo que Bruce se convirtiera en una superestrella mundial. Tuvo algunas dificultades con las consecuencias de la fama, alejándose de la E Street Band durante casi una década, pero en el cambio de milenio, reunió a la banda por primera vez para una exitosa gira. Poco después encontró un renacimiento artístico con The Rising de 2002.
A partir de ese momento, Springsteen y la E Street Band fueron una presencia constante, publicando álbumes cada pocos años y haciendo giras con regularidad.
Redacción
Fotografía · (The Atlantic)
