El aumento de las temperaturas provoca un incremento exponencial de los incendios forestales en el Ártico, según un estudio llevado a cabo por un equipo de científicos a partir de observaciones satelitales del área quemada en Siberia sobre el círculo polar ártico entre 1982 y 2020.
Así se explica en un artículo liderado por Adrià Descals y Josep Peñuelas, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (Creaf).
El Ártico siberiano experimentó una cantidad inusual de incendios en 2019 y 2020, lo que generó preocupación en la comunidad científica, ya que esta zona del planeta tiene grandes áreas de permafrost, una capa de subsuelo permanentemente congelada que acumula grandes cantidades de carbono.
Los incendios dañan el permafrost y contribuyen a la liberación de emisiones de carbono en forma de gases de efecto invernadero. La pregunta que quedó sin respuesta entonces fue si este aumento de incendios fue un caso excepcional o una tendencia que empeorará a medida que el Ártico se caliente.
Descals apunta que “solo en 2020 se detectaron 423 incendios en el Ártico siberiano, que quemaron alrededor de tres millones de hectáreas (un área casi tan grande como toda Bélgica) y provocaron la emisión de 256 millones de toneladas de CO2 equivalente”, una cantidad similar a las emisiones anuales de CO2 en España.
“Con el calentamiento futuro, estos ‘megaincendios’ serán recurrentes a finales de siglo y tendrán distintas implicaciones, tanto para el Ártico como para el clima global”, añade este investigador.
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