El neurocientífico y divulgador argentino Mariano Sigman defiende en su último libro el poder transformador de la conversación en la mente de cada persona, porque la palabra forja el cerebro y lo cambia. En su libro, El poder de las palabras, desarrolla cómo conversando se puede modular el cerebro, la forma de vivir y la relación con uno mismo y con los otros.
Sin prescindir de los fármacos, imprescindibles en el tratamiento de las enfermedades mentales, Sigman considera que hay casos a priori más leves en los que se tiende a una sobremedicación, sin intentar resolverlo antes por otras vías aprovechando que el cerebro es modulable a todas las edades, según el experto. De hecho, los fármacos producen cambios en el cerebro porque allí tenemos unos receptores que casi siempre los produce el mismo cuerpo y algo similar pasa con la conversación.
Pero la conversación por sí misma no es transformadora si previamente el individuo no ha hecho un trabajo introspectivo para romper sus propios moldes, darse la oportunidad de cambiar y acoger la discrepancia. La conversación es como un intercambio de ideas, como un espacio de trueque genuino de conocimiento, la que supone la mejor fábrica de ideas y la mejor estancia para refinar lo que pensamos de las cosas y sobre nosotros mismos, de nuestras emociones e ideas.
Redacción (Agencias).