Los océanos juegan un papel fundamental en la reducción de gases invernadero ya que disminuyen el impacto hasta un 40%. De este modo, ayudan a alcanzar los objetivos planteados para 2050 aunque, sin embargo, los océanos están siendo amenazados por la extracción de gas y petróleo, la sobrepesca, el tráfico marítimo y potencialmente por la minería submarina.
Los expertos lo han expresado así en una conversación en el marco de COP27, la cumbre del clima de la ONU que se celebra estos días en Sharm el Sheij. Los científicos han lamentado la poca atención que se les ha dedicado a los océanos pese a su pepel primordial en la crisis climática.
“Se estima que una gran ballena azul, por sí sola, es capaz de capturar unas 33 toneladas de CO2”, recordó la responsable de biodiversidad marina de la organización conservacionista WWF Chile, Yacqueline Montecinos, quien puntualizó que esa capacidad de secuestro equivale a la de mil árboles, según un informe del Fondo Monetario Internacional.
La ballena azul es una especie que se alimenta de krill, un crustáceo que tiene un alto contenido en hierro, y “al reinsertar en la capa oceánica esos volúmenes de agua llenos de hierro fertiliza los océanos, pues favorece la formación de fitoplacton, base de la cadena alimentaria”, precisó Montecinos.
La experta ha lamentado que estos cetáceos se han visto muy dañados por actividades humanas como la extracción de petróleo y de gas en el mar, así como por la excesiva capavidad pesquera o por el transporte marítimo. Estas actividades impactan de forma directa a la fauna marina, mientras también lo hacen indirectamente, a través de las emisiones de gases de efecto invernadero.
SOLUCIONES BASADAS EN LOS OCÉANOS
En 2019, el Panel de Alto Nivel para la Economía Sostenible de los Océanos -formado por jefes de Gobierno de 17 países- identificó cinco soluciones basadas en los océanos que, juntas, aportarían el 25 % de la reducción de emisiones que en 2050 habrá que lograr para evitar los peores efectos de la crisis climática, según la comunidad científica.
Estas cinco soluciones son: la energía renovable en el mar, la mejora de la eficiencia en el transporte marítimo, la protección de los ecosistemas costeros y marinos, los cambios en las dietas y en la producción pesquera para mejorar el estado de los caladeros y la captura de carbono en el suelo oceánico.
Sin embargo, un análisis reciente de la organización conservacionista Oceana calculó que éstas podían llegar a comportar el 40 % de la rebaja de emisiones necesaria para mitad de siglo si se les añade una solución más: impedir la nueva extracción de petróleo y gas ‘offshore’.
Su conclusión fue que paralizar la expansión de las extracciones de combustibles fósiles en el mar podría reducir las emisiones anuales en 6,3 gigatoneladas de CO2 equivalente.
Redacción (Agencias)