Los datos provisionales del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico indican que un total de 267.939,64 hectáreas quedaron arrasadas por el fuego a lo largo de 2022. Esta cifra supone casi el triple que la media del último decenio (94.249,00 hectáreas). El año pasado resultó ser el peor en superficie quemada por el fuego desde 1994, cuando quedaron incendiadas 437.602,50 hectáreas.
En 2022 se produjeron 57 grandes incendios forestales (es decir, cuando queman más de 500 hectáreas), mientras que el promedio de la década es de 21. También hubo 57 en 2017, así como 41 en 2012 y 22 en 2016.
El noroeste peninsular (Asturias, Cantabria, Galicia, País Vasco y las provincias de León y Zamora) concentró un 44,78% de los incendios y conatos forestales en 2022, mientras que el resto de los siniestros se reparten entre las comunidades interiores (concretamente, las provincias de las regiones no costeras, salvo León y Zamora), con un 37,06%; el área mediterránea, con un 17,73%; y Canarias, con un 0,43%.
Redacción (Servimedia)
Fotografía · National Geographic