Un nuevo estudio internacional ha aportado la evidencia científica que han demostrado la meditación del tipo “mindfulness” combinada con terapias de expresión artística. De este modo, se han demostrado los beneficios en adolescentes que han pasado por experiencias traumáticas.
Los resultados del estudio, en el que ha participado la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), los ha publicado en abierto la revista Scientific Reports, ha informado la universidad.
Junto a la UOC, han participado en la investigación la ONG «Inocencia en Peligro Colombia», la Universidad de Santander de Colombia y el Centro para la Investigación de Mentes Saludables de la Universidad de Wisconsin-Madison (EEUU).
Secuelas del trauma a largo plazo
Según informan los expertos, los adolescentes y niños que sufren algún trauma violento o negligencia, sufren las consecuencias a largo plazo que afectan a la salud física y mental de las personas.
Así, los menores que experimentan cuatro o más eventos como violencia física, emocional o sexual, negligencia física o emocional, o crecimiento en un hogar disfuncional con padres con enfermedades mentales, adicciones, alcoholismo, violencia, miembros de la familia encarcelados o separación de los padres biológicos, tienen más riesgo de desarrollar enfermedades como diabetes tipo 2, cardiopatías, obesidad, cáncer, enfermedades respiratorias y mentales, además de ser más propensos al consumo de alcohol y de drogas, según la universidad.
Para llevar a cabo el estudio, se reclutaron 44 niñas de entre 13 y 16 años que habían padecido cuatro o más eventos adversos y que estaban viviendo en centros de menores.
La investigación demuestra que, tras las intervenciones, «se producen cambios epigenéticos en algunos genes implicados en los efectos del trauma, como la vulnerabilidad al estrés, las respuestas inflamatorias o la tendencia a comportamientos de riesgo», ha señalado la UOC.
La reducción del estrés a través de la meditación y de las actividades artísticas «desencadena una cascada de neurotransmisores y hormonas que actúan en el cerebro y modifican la expresión génica y epigenética», ha afirmado la profesora colaboradora en el máster universitario de Nutrición y Salud de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC e investigadora del Centro para mentes saludables Kaliman, Perla Kaliman.
Los autores ha añadido que este tipo de programas también «pueden representar una vía para interrumpir ciclos intergeneracionales de sufrimiento, dado el riesgo de transmisión entre generaciones de comportamientos de maltrato y abuso».
Redacción (Agencias)