La subida del nivel del mar supone una amenaza existencial para numerosas comunidades y puede desencadenar un «éxodo masivo» con «proporciones bíblicas», ha alertado este martes el secretario general de la ONU, António Guterres.
«Bajo cualquier escenario, países como Bangladés, China, la India y Países Bajos están en riesgo. Megaciudades en todos los continentes se enfrentan a serios impactos incluyendo El Cairo, Lagos, Maputo, Bangkok, Daca, Yarkarta, Bombay, Shanghái, Copenhague, Londres, Los Ángeles, Nueva York, Buenos Aires y Santiago», ha dicho Guterres.
El jefe de Naciones Unidas se ha pronunciado así en un discurso ante el Consejo de Seguridad, que este martes se ha reunido para discutir las consecuencias del aumento del nivel del mar en el ámbito de la paz y la seguridad.
Según Guterres, la subida de las aguas -acelerada por la crisis climática y que el siglo pasado fue mayor que en ningún otro en los últimos 3.000 años- es tanto un problema en sí como un «multiplicador» de otras amenazas y ya está creando «nuevas fuentes de inestabilidad y conflicto».
«La subida de los mares amenaza vidas y pone en peligro el acceso al agua, los alimentos y la atención médica. La entrada de agua salada puede diezmar empleos y economías enteras en industrias clave como la agricultura, la pesca y el turismo. Puede dañar o destruir infraestructura vital», ha enumerado.
En el caso de algunas comunidades y países, ha recalcado, el fenómeno plantea un problema existencial, sobre todo si se cumplen las proyecciones más alarmantes hechas por organismos científicos.
«El peligro es especialmente grave para los casi 900 millones de personas que viven en zonas costeras de baja altitud, es decir, una de cada diez personas en la Tierra», ha indicado.
Guterres ha advertido de que la combinación de la subida del mar y de la entrada de agua salada en ciertos ecosistemas amenaza por ejemplo con convertir en inhabitables algunos de los grandes deltas del mundo, como el del río Mekong en Vietnam o el del Ganges en la India y Bangladés.
«Comunidades bajas y países enteros podrían desaparecer para siempre. Veríamos un éxodo masivo de poblaciones enteras con proporciones bíblicas. Y veríamos una competencia aún más fiera por el agua dulce, la tierra y otros recursos», ha insistido.
Por todo ello, el diplomático portugués ha pedido a la comunidad internacionales acciones decididas en tres grandes ámbitos: la lucha contra el calentamiento global, la protección de comunidades vulnerables y la modificación de la legislación internacional para proteger a los desplazados.
Redacción (Agencias)