La principal conclusión de un estudio es que las personas que toman los principales alimentos de la dieta mediterránea, es decir, pescado, fruta y verdura y frutos secos, tienen un 23% menos de riesgo de sufrir demencia en comparación con los que no siguen este tipo de alimentación.
Aunque diversos trabajos habían abordado el impacto de la dieta mediterránea sobre la demencia y habían sugerido que este tipo de alimentación puede ser un importante factor de riesgo que podría emplearse para prevenir la enfermedad y reducir el riesgo, esos trabajos se habían limitado a muestras pequeñas y a escasos casos de demencia.
En primer lugar, los autores clasificaron a los individuos utilizando dos medidas de adherencia a la dieta mediterránea. Después, hicieron un seguimiento de esos pacientes durante más de 9 años, un tiempo en el que se confirmaron 882 casos de demencia. Los autores también tuvieron en cuenta el riesgo genético de demencia de cada individuo calculando su riesgo poligénico, una medida de todos los genes diferentes que están relacionados con el riesgo de demencia.
Redacción (Agencias).