Cae lluvia roja en el Teatro Colón de Bogotá y los pájaros dejan de trinar. Una imponente Patti Smith recita versos sobre Chernóbil mientras llueve rojo y su profunda voz recita, cada vez más rápido, más apremiante, hasta que arranca a entonar: «los pájaros estaban cantando y cada nota dio luz a la nada, todo se ha ido».
El impacto de las guerras y las armas, los desastres en el medioambiente como el de Chernóbil y sobre todo la naturaleza resistiendo a las constantes «explosiones» y al «inexplicable caos» al que le somete el ser humano es el centro de «Correspondences», la actuación musical de Patti Smith y Soundwalk Collective.
La reina del punk ha debutado, a sus 76 años, en Bogotá donde ha llevado su trabajo más reciente, experimental, en conjunto con el Soundwalk Collective, que mezcla poesía, sonidos reales, en una obra de arte inmersiva.
Se trata de una agónica actuación, con sonidos que atrapan, agitan, apuran, te llevan a un mundo agonizante hasta que su voz se calma, calma al público, con la cadencia de su reconocible voz y el sonido del agua, de las olas.
Ante el imponente Teatro Colón, la estadounidense, vestida con traje negro y camisa blanca y su característico largo pelo blanco, se mostró emocionada y dio una actuación redonda que cautivó a los colombianos.
La artista recita a ratos, canta a otros, y por momentos no se sabe cuál de los dos hace, ya que sus palabras se mezclan, modulan y fusionan con los sonidos del ambiente, sin más instrumentos que algunos mínimos de percusión, los electrónicos creados por computador y su grave voz desnuda.