La composición genética de una persona influye en parte a la hora de determinar si puede seguir una dieta vegetariana estricta, pues ciertas variaciones en los genes implicados en el metabolismo de los lípidos y la función cerebral pueden estar asociadas con la elección de ese tipo de alimentación.
Para determinar si la genética contribuye a la capacidad de una persona para seguir una dieta vegetariana, los autores compararon los datos genéticos del Biobanco del Reino Unido de 5.324 vegetarianos estrictos (que no consumían pescado, aves ni carnes rojas) con 329.455 personas no vegetarianas. Todos los participantes del estudio eran caucásicos blancos para lograr una muestra homogénea y evitar confusión por origen étnico.
El estudio identificó tres genes significativamente asociados con el vegetarianismo y otros 31 genes potencialmente asociados. Los autores encontraron que varios de estos genes, incluidos dos de los tres principales (NPC1 y RMC1) están involucrados en el metabolismo de los lípidos (grasas) y/o la función cerebral.
Aunque el vegetarianismo está ganando popularidad, sigue siendo una pequeña minoría en todo el mundo. Por ejemplo, Estados Unidos tiene entre un 3% y un 4% de personas vegetarianas, como un 2,3% de los adultos en el Reino Unido. Esto plantea la pregunta de por qué la mayoría de la gente todavía prefiere comer productos cárnicos. El factor determinante de la preferencia por alimentos y bebidas no es sólo el sabor, sino también la forma en que el cuerpo de un individuo lo metaboliza.
Redacción (Agencias).