La madrugada de este sábado 28 al domingo 29 de octubre los ciudadanos de la Unión Europea retrasarán sus relojes una hora, un cambio regulado en la legislación comunitaria cuya supresión siempre despierta polémica desde hace unos años.
Así, la noche del sábado al domingo los europeos dormirán una hora más, ya que los relojes se retrasarán una hora, de modo que, en el caso de España, a las 3.00 serán las 2.00 y se entrará así en el horario de invierno.
En las islas Canarias este cambio de horario también se aplica y seguirá manteniendo una hora de diferencia con la hora peninsular.
El cambio horario en Europa se produce dos veces al año, habitualmente el último domingo de marzo y el último de octubre, y se empezó a generalizar a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para aprovechar mejor la luz del sol y ahorrar así electricidad.
En septiembre de 2018, la Comisión Europea propuso acabar con el cambio de hora tras una encuesta pública que recabó un número récord de respuestas (4,6 millones) y que reveló que mayoritariamente (un 84 %) los ciudadanos europeos querían terminar con esa práctica. En marzo de 2019, el Parlamento Europeo respaldó la propuesta del Ejecutivo comunitario. La última vez que se debatió esa propuesta a nivel de ministros de Transporte de la UE fue en 2019.
Aun así, la abolición del cambio de hora debe ser debatida y pactada por los dos colegisladores de la UE, la Eurocámara y el Consejo (los Estados miembros), para que pueda entrar en vigor.
El cambio de horario despierta disparidad de opiniones en la sociedad entre quienes defienden sus beneficios para aprovechar las horas de luz y lo que ponen en duda su utilidad y alertan de los perjuicios para la salud.
Redacción (Agencias)