Un estudio publicado en la revista científica Nature sugiere que, lejos de estar descabezadas, a lo largo del tiempo evolutivo las estrellas de mar pierden sus cuerpos y se convierten en solo cabeza. Durante siglos, los naturalistas han hecho cábalas sobre qué podría constituir la cabeza de una estrella de mar pues su composición corporal poco habitual lleva a pensar que quizás no tienen.
Los investigadores hallaron que, en las firmas genéticas asociadas con el desarrollo de la cabeza en casi todas las partes de las estrellas de mar juveniles, la expresión de los genes que codifican el torso de un animal y las secciones de la cola estaban desaparecidas.
En otro sorprendente hallazgo, el equipo investigador encontró que firmas moleculares típicamente asociadas a la porción frontal de la cabeza eran localizadas en el medio de cada brazo de las estrellas de mar, y que esas firmas cada vez se movían progresivamente hacia la parte posterior de los extremos de los brazos.
Hay científicos que no se ponen de acuerdo, algunos han propuesto que en las estrellas marinas, el eje que va de la cabeza a la cola podría extenderse de la espalda del animal a la zona situada debajo de la barriga, mientras que otros sostienen que cada uno de los cinco brazos de la estrella de mar corresponde a una copia del eje convencional de la cabeza a la cola.
Los esfuerzos para confirmar de manera definitiva esa hipótesis han afrontado retos, en gran parte porque los métodos para detectar la expresión genética, desarrollados en pequeños números de organismos como ratones o moscas, no funcionan bien en el tejido de pequeñas estrellas de mar.
Redacción (Agencias).