Si hay un rincón del mundo ideal para hacer senderismo son, sin duda, las Islas Canarias. En ellas se encuentran infinidad de rutas y senderos por los que perderse mientras se contempla toda una gama de paisajes, a veces montañosos, otras lunares, desérticos o selváticos.
Uno de los grandes encantos de las Islas Canarias es que existen numerosas rutas para recorrer a pie de diferentes características y para todos los niveles. Tanto si se es un consumado senderista, como si se buscan excursiones cortas, lo que suele ocurrir cuando se viaja con niños. Aquí se propone una variada oferta a lo largo y ancho del archipiélago.
Barranco de Azuaje (Gran Canaria)
La ruta completa de ida y vuelta es de unos 6 km, y transcurre por un bosque de laurisilva con la compañía del sonido del agua de fondo. Por momentos, se tendrá la sensación de haber abandonado Gran Canaria y encontrarse en un bosque recóndito, con sus puentes de madera, sus saltos de agua y una vegetación espectacular que te hace sentir pequeño frente a la naturaleza. Se puede acceder al barranco tanto desde Firgas como de Moya, en el norte de la isla.
Los altos de Tacoronte (Tenerife)
Este sencillo recorrido circular consta de apenas 6 km y no tiene casi desnivel, de manera que es ideal para hacerlo con niños. Se parte desde La Esperanza –cuando se llega al pueblo es mejor preguntar cómo acceder a la pista de la Herradura–, y es un lugar precioso durante todo el año, aunque los colores del otoño son especialmente bonitos. Durante esta estación, mucha gente aprovecha para ir a buscar setas, y es también un lugar ideal para que los aficionados al running no pierdan su forma durante las vacaciones.
Meriga (La Gomera)
Es difícil escoger una sola ruta en La Gomera, pues el Parque Nacional de Garajonay bien merecería recorrerlo a pie milímetro a milímetro si fuese posible. En la parte alta de Agulo se encuentra la Meriga, desde donde adentrarse en el Parque mediante un recorrido circular de apenas un par de kilómetros. Los atractivos de esta excursión son incontables: la frondosa vegetación, la cantidad de pájaros que amenizan el camino con sus cantos, los riachuelos que se van encontrando y una hermosa laguna, el paraje ideal para hacer un alto en el camino.
Cueva de los Verdes (Lanzarote)
Es la ruta perfecta para practicar senderismo con niños en Lanzarote, pues este trayecto de unos 2 km es fácil y el paisaje espectacular. Mientras en otras islas se disfruta de bosques y riachuelos de cuento, aquí se recorre un enigmático paisaje volcánico hasta llegar a la cueva, formada a raíz de la actividad eruptiva del Volcán de la Corona. El juego de luces y sombras del interior de la cueva es un auténtico placer para los sentidos, la recompensa ideal tras una agradable caminata en familia.
La Llanía (El Hierro)
Esta ruta circular de apenas un par de horas, en Valverde, es una de las más populares de El Hierro, pues su dificultad es baja y el desnivel es de apenas 100 m. El principal atractivo de esta excursión es su paisaje cambiante, que te lleva desde el bosque húmedo y espeso de El Brezal a algunos paisajes solitarios, las calderas de arena negra y el esplendor del espectacular Valle de El Golfo, abierto al mar y protegido por imponentes acantilados que alcanzan los 1000 metros de altura.
Islote de Lobos (Fuerteventura)
Una buena manera de recorrer a pie el islote de Lobos es atravesarlo de norte a sur, para acabar con un buen chapuzón en la playa tras la excursión. La ruta comienza directamente en el embarcadero de Lobos, donde atraca el barco que procede de Corralejo, y que brinda paisajes volcánicos y la espectacular Montaña de la Caldera, entre otros encantos. Son apenas 3,5 km, lo que hace de este paseo una ruta asequible a cualquier edad. Los amantes del mar que se queden con ganas de más actividad física pueden encontrar aquí el lugar ideal para practicar snorkel.
Bosque de Los Tilos (La Palma)
Esta isla repleta de senderos para todos los gustos y niveles es ideal para recorrer a pie. Salvaje y agreste, suyo es el primer espacio natural de las Islas Canarias que la UNESCO declaró Reserva de la Biosfera: el bosque de Los Tilos. Rodeados de laurisilva, se puede escoger entre varios senderos, algunos más largos y complejos y otros sencillos, perfectos estos últimos para recorrer en familia. Entre ellos, vale la pena dedicar unas horas a recorrer el sendero El Espigón Atravesado, que lleva a un mirador con hermosas vistas y a la cascada de Los Tilos, un rincón espectacular que se encuentra muy cerca del centro de visitantes.
Playa de la Cocina y Montaña Amarilla (La Graciosa)
De las cuatro principales rutas de senderismo que se encuentran en la isla, tal vez la de la Playa de la Cocina es la más adecuada para recorrer con niños. Esta es la ruta de senderismo en La Graciosa que va hacia el sur; hacia las playas de El Salado, la Francesa y la Cocina, teniendo Montaña Amarilla como punto final del trayecto. Suele ser la elegida por las personas que vienen a pasar el día a la isla.
Se parte del extremo sur de Caleta de Sebo, junto a la zona de acampada autorizada Bahía del Salado. Es una ruta lineal, muy cómoda y sencilla, que bordea la costa y siempre con las maravillosas vistas de la costa norte de Lanzarote con los Acantilados de Famara.
Sólo hay que seguir la línea de la costa, no tiene pérdida. En esta ruta están dos de las playas emblemáticas de la isla; una por la transparencia y tranquilidad de sus aguas azules turquesas, y la otra, por el lugar donde se encuentra y el contraste de colores entre aguas y montaña. La ruta de ida entera sin subir a la cumbre de Montaña Amarilla son 6 kilómetros y cuesta en torno a una hora y media caminando si no se para a bañarse en alguna playa.