Las altas temperaturas excepcionales y sin precedentes, más usuales en verano, registradas en abril de 2023 en el Mediterráneo occidental fueron 4,53 veces más probables debido a la sequía de los suelos.
Así se recoge en un estudio realizado por investigadores pertenecientes a instituciones de Andorra, Bélgica, España y Portugal, y publicado en la revista ‘Npj Climate and Atmospheric Science’. Uno de los autores es Marc Lemus, de la Universidad de Santiago de Compostela.
La región del Mediterráneo occidental experimentó un calor temprano sin precedentes en abril de 2023. De hecho, ese mes fue el abril más caluroso en España desde que la serie histórica de temperaturas de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) comenzara en 1961, con 14,9 grados de media en la España peninsular, lo que supone 3,0 grados más de lo normal respecto a la media entre 1991 y 2020.
Entonces, hubo récords históricos de temperatura sobre todo en la Península Ibérica y el noroeste de África.
Los investigadores analizaron las interacciones entre la humedad y la temperatura del suelo con observaciones actualizadas y un análisis estadístico sólido.
El estudio revela que las condiciones previas de déficit de humedad del suelo, que coinciden con una fuerte dorsal subtropical como impulsor del calor, tuvieron una contribución clave a la amplificación y duración de las elevadas temperaturas.
En concreto, los récords de temperatura más extremos habrían sido 4,53 veces menos probables y habría 2,19 menos de media si los suelos hubieran estado húmedos.
Redacción (Agencias)