Un estudio de la Facultad de Ciencias de la Salud de Soria y publicado en la revista científica Food Science & Nutrition aporta la ‘receta’ para poder comer torreznos con tranquilidad desde el punto de vista nutricional: que no sean más de 300 gramos semanales, que se frían en aceite de oliva virgen extra y que se combine con otros alimentos ricos en fibra.
Estas conclusiones han sido difundidas por la marca de garantía Torrezno de Soria, que valora que esta investigación deje constancia de que los datos de colesterol de la muestra estudiada no aumentaban, sino que, incluso, los disminuían si se respetaban esos parámetros mencionados.
La explicación técnica es la siguiente: «Cuando introducimos un producto inicialmente rico en grasas saturadas, como es el torrezno, y siempre que estos hayan sido fritos en aceite de oliva virgen extra, obtenemos un alimento con los ácidos grasos monoinsaturados elevados y si además añadimos fibra en el mismo acto alimentario, los efectos cardiovasculares no son negativos», ha explicado la científica Zoraida Verde, una de las profesoras, junto con Ana María Fernández Araque y Patricia Romero, que han realizado el estudio.
Estos resultados salen de una muestra científica realizada a un grupo de personas que llevaron distintas dietas y en las que el torrezno de Soria era un plato semanal. El estudio está avalado por el Comité de Bioética de la Universidad de Valladolid, cuenta con el apoyo de la Fundación Científica Caja Rural de Soria y además, ha sido elaborado en colaboración con la Asociación de Fabricantes de Torrezno de Soria.
Con este estudio, la marca de garantía ha querido contrarrestar el bulo que se extendió el año pasado no sólo a nivel nacional sino también internacional, que aseguraba el torrezno de Soria era mucho más beneficioso para la salud que tomar verduras, “una noticia que no tenía rigor científico y que desprestigiaba al embajador de la gastronomía de Soria en foros”.
En este sentido, la marca de garantía ha explicado que aunque el torrezno forma parte de la cultura gastronómica soriana, eso no implica que sus habitantes «estén todos los días comiendo» este producto, sino que «se suele consumir de vez en cuando, durante la semana y siempre junto con una dieta mediterránea rica en otros alimentos como la fibra».
Redacción (Agencias)