Danza Invisible se despide de su Torremolinos natal en un emotivo último concierto

La banda Danza Invisible se despide este sábado de su Torremolinos natal (Málaga) en un emotivo último concierto en el que, como ha afirmado el vocalista del grupo, Javier Ojeda, están sintiendo «mucho cariño de la gente«.

«Ayer estaba atacado, pero hoy estoy fantástico. Estoy muy contento porque veo que estamos recibiendo muchísimo cariño de la gente y veo que, en general, somos una banda que no tiene grandes enemigos ni grandes detractores«, ha comentado Ojeda en la rueda de prensa previa al concierto que se celebra en el municipio malagueño.

El vocalista, que ha bromeado con que tocar en casa es «un coñazo relativo», ya que despierta tanta expectación entre la gente que no alcanza a atender a todo el mundo como le gustaría, ha reiterado que la banda se retira por una cuestión «vital» y no por trifulcas internas.

«Nos despedimos básicamente por una cuestión de edad, una decisión vital de ver que no podemos seguir estirando esta historia. No hay trifulcas internas en la banda, no te vas porque te peleas o por cuestión de ego, sino sencillamente porque hemos llegado a un punto en el que no podíamos ya sacar nada más», ha afirmado Ojeda, que continuará haciendo música en solitario.

Preguntado sobre si es un adiós definitivo de la banda, el cantante ha asegurado que sí, ya que uno de sus integrantes, el guitarrista Antonio Gil, se ha jubilado y sin él tiene «poco sentido» continuar.

Redacción · EFE

Fotografía · Javier Albiñana