Tips para le mejor café frío (cold brew)

La pasión por el café no entiende de estaciones ni de clima. Mientras que en invierno disfrutamos de un capuccino espumoso que calienta nuestras manos, en verano nos refrescamos con un delicioso iced latte. Y es que los amantes del café disfrutamos de esta bebida en todas sus formas.

Por ello, con la llegada del verano y la subida de las temperaturas, nos empieza a apetecer tomar cafés más fresquitos y ligeros. El cold brew es uno de ellos, y aunque parece que últimamente se habla mucho de él debido a sus grandes beneficios para la salud, la realidad es que lleva años acompañando nuestras mañanas veraniegas.

El cold brew se prepara infusionando el café molido en agua fría o a temperatura ambiente durante un período prolongado. Esta forma de preparación, muy diferente de los métodos tradicionales que utilizan agua caliente, tiene como resultado un sabor diferente además de una bebida con características distintivas.

La extracción lenta y con agua fría reduce la acidez y el amargor del café, obteniendo una bebida más suave y dulce debido a la extracción de diferentes compuestos de los granos de café. Además, este café es más concentrado, lo que permite diluirlo con agua o leche sin perder su intensidad de sabor.

Cómo preparar cold brew casero

El proceso de preparación del cold brew es relativamente sencillo. En primer lugar, necesitamos granos de café para moler o granos que ya estén molidos. En este punto hay total libertad para elegir el café que más te guste, aunque desde Syra Coffee, expertos en café de especialidad, nos recomiendan Natural Hills, una exquisita mezcla de granos Red Bourbon provenientes de las colinas de Burundi.

Una vez tengamos el café molido, debemos mezclarlo con agua fría. Las cantidades son al gusto, pero lo expertos baristas aconsejan usar entre 8 y 10 gramos de café por cada 100 ml de agua. Esta mezcla debe realizarse en una botella Cold Brew Hario, que está equipada con un fino filtro de plástico que permite obtener la bebida libre de posos.

Cuando tengamos la mezcla, debemos dejar que infusione en la nevera (o a temperatura ambiente si lo prefieres) entre 12 y 30 horas, por lo que es recomendable dejarlo preparado el día anterior. Luego simplemente hay que retirar el filtro con el café molido y tu cold brew está listo para servir solo, con hielo o con el acompañamiento que más te guste. En cuanto a su conservación, no debes preocuparte, el cold brew puede mantenerse en la nevera durante varios días sin que su sabor se degrade significativamente. Como resultado tendrás una bebida refrescante y versátil ideal para disfrutar este verano y que no requiere prepararla cada día.