La batalla de Michael Jackson contra el racismo en la música

El verano de 2002 Michael Jackson decidió salir a las manifestaciones y liderar discursos contra el racismo en la industria musical americana. Les acusaba de robar y engañar, especialmente a artistitas negros.

El origen fue `Invincible´, su décimo álbum y el último que publicó antes de fallecer en 2009. Trabajaron diez productores y más de 100 músicos. Su coste superó los treinta millones de dólares. En la actualidad, sigue siendo el álbum más caro que se ha hecho en la historia. El cantante se negó a presentarlo en directo e hizo pocas entrevistas y  apariciones públicas. Después de esto, Sony decidió no hacer más promoción del álbum.

El 15 de junio de 2002, el artista lideró una protesta en Londres para denunciar que su sello le intentaba sabotear. Días después, Jackson convirtió su protesta en una campaña contra el racismo en la música, siendo el principal activista por la `Igualdad para los Negros en el Mundo Musical´. El 6 de julio de 2002, se juntó con el líder de los derechos civiles, Al Sharpton, para mostrar su descontento con las compañías de discos, donde declaró: “Ellos conspiran contra los artistas”.

Sony publicó un comunicado donde calificaba las acusaciones de Michael de “ridículas, rencorosas, hirientes e infundadas” y daba a entender que se sentía frustrado ante la disminución de ventas.

Los medios atacaron a Michael y lo acusaron de utilizar la carta del racismo ya que su carrera estaba acabada. La batalla del cantante por los derechos de los artistas negros se puso en duda y no encontró respuesta en la comunidad afroamericana.

Redacción (Agencias).