Hoy 12 de agosto se celebra este día con el fin de concienciar sobre la situación en la que se encuentran estos animales.
Este lunes se celebra el Día Mundial del Elefante, impulsado hace doce años por la Fundación para la Reintroducción de los Elefantes. Este día nace con el objetivo de concienciar a la población sobre el estado de estos animales.
Tres especies de animales suman una población de unos 400.000 ejemplares, desde los 12 millones de hace un siglo, siendo las principales causas de ello la pérdida de hábitat en Asia. Por otro lado, las especies de elefante africano de sabana y de bosque han visto reducidas sus poblaciones en un 60% y un 90% respectivamente en los últimos 30 años.
Según ha adelantado el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), este descenso en las poblaciones se debe principalmente a dos amenazas: el comercio de los colmillos de marfil y la pérdida de su hábitat.
El tráfico de marfil se lleva por delante a elefantes en África
A pesar de que en 1989 la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (1989) prohibiese el comercio internacional de marfil, a día de hoy alrededor de 20.000 elefantes son asesinados al año a manos de furtivos para traficar con sus colmillos, además de su piel y su carne.
Desde entonces, se inició un proceso de recuperación de especies, sobre todo del africano, que es el más sometido por esta práctica. No obstante, en 2010 hubo un repunte de tráfico del elefante, además de otras especies grandes africanas, así como el rinoceronte o el pangolín, debido a que algunos países del sureste asiático se produjo un «boom económico».
Los que más preocupan son los elefantes de bosque, que forman grupos pequeños y habitan en zonas aisladas de la selva, en países centrales como Camerún y Congo. Es por ello que en los últimos años han llevado a cabo campañas en estas regiones para conseguir una «estabilización» y una reducción en el número de animales furtivos de casi 30.000 ejemplares a 20.000 y bajando.
Tal y como ha informado la WWF, las condenas para los que trafican con marfil se han endurecido, por lo tanto en algunos países se ha logrado que muchos dejen esta práctica a un lado.
Por otro lado, los elefantes de la sabana que viven en el este de África tienen una situación un poco más estable y presenta fluctuaciones. Es más, se ha conseguido aumentar el número de ejemplares en algunas zonas.
La pérdida de hábitat amenaza a los elefantes asiáticos
Los elefantes asiáticos son más pequeños que los africanos, viven en el bosque y solo algunos de ellos poseen colmillos, por lo que el tráfico de marfil no les supone una amenaza; sin embargo, la reducción de las zonas boscosas pone en riesgo su vida todos los días, pues acaba con sus hábitats y sus antiguas rutas migratorias, y se les deja sin hogar ni alimento.
Como explica la WWF, las zonas que se encuentran en mejores condiciones están en proceso de deforestación para ser convertidas en cultivos de soja o palma, campos para la ganadería o infraestructuras, por lo que los elefantes se ven obligados a salir y buscarse la vida y, de esa forma, se ponen en conflicto con los humanos.
Redacción (Agencias).