El hambre es uno de los motivos por los cuales podemos llegar a tener mal humor a determinadas horas del día, como a la hora del almuerzo. Al tener hambre y no poder saciarlo con comida, las emociones negativas se apoderan de la persona. Esas emociones son la fatiga, la confusión o el enfado, principalmente.
Este cambio de ánimo cuando alguien está hambriento se debe a la falta de azúcar, a la glucosa siendo exactos. Esto ocurre cuando los niveles de la glucosa que circula por la sangre disminuyen. Es entonces cuando nuestro cuerpo emite una serie de respuestas con intención de recuperar esos niveles.
El azúcar es la principal fuente de energía para las células de nuestro organismo, entre los cuales el cerebro cobra especial importancia. Este último depende casi exclusivamente de la glucosa, ya que, sin ella, los 100.000 millones de células nerviosas que lo componen no podrían realizar sus funciones de manera adecuada. Por eso, cuando algo no funciona de forma correcta la persona se puede llegar a sentir débil, irritables, mareados o con problemas de concentración.
Es entonces cuando entra en juego el cortisol, quien se encarga de producir glucosa a partir de la descomposición de ácidos grasos y proteínas almacenados en el hígado. De esta forma se consigue un aporte de energía casi momentáneo.
Por todo ello, cuando la persona comienza a sentirse enojado o irritado debe recordar que puede ser consecuencia de estar en ayunas. Y no, a los humanos no es a los únicos que les ocurre, los animales también experimentan estos cambios de humor por los mismos motivos.