La «regla de los 5 segundos» es como un mantra popular y bastante extendido con el que, si se te cae comida al suelo, muchas personas justifican que es seguro y puedes llevártelo a la boca mientras no permanezca más de ese tiempo. Sin embargo, la ciencia ha hablado y ese argumento no tiene ningún fundamento.
Aunque muchos crean que un alimento está a salvo si se recoge de forma rápida, las bacterias son más veloces y no esperan para colonizar pudiendo transferirse a la comida en menos de 5 segundos.
Los expertos destacan que el tipo de alimento influye en el riesgo. Por ejemplo, una fruta madura y húmeda tiene más probabilidades de acumular gérmenes que un fruto seco. El lugar donde se encuentre el alimento, la limpieza del entorno o el nivel de hambre que tiene la persona, son otros factores que también afectan en el peligro de consumir ese alimento una vez haya tocado el suelo.
SOPLAR COMO SOLUCIÓN
Otro gesto común una vez recogemos ese trozo de comida del suelo es soplar inmediatamente. Lamentablemente con esto sólo conseguiremos eliminar el polvo visible, pero no las bacterias. Profesionales en microbiología advierten que los peligros de la contaminación pueden ser aún mayores si el alimento permanece expuesto en superficies no limpias durante un tiempo prolongado, como 15 minutos. En esos casos, señalan, el riesgo de acumular gérmenes puede ser mayor que si se cae al suelo.
Con los bebés hay que tener especial cuidado porque acostumbran a llevarse todo a la boca. Aquí el tiempo es la clave. Si ingieren la comida de inmediato, el riesgo bajo. Sin embargo, si pasa más tiempo, las bacterias pueden multiplicarse. De todos modos, la exposición a bacterias es parte del proceso de enseñanza del sistema inmunológico que ayuda a los niños a desarrollar sus propias defensas de forma natural.
En resumen, aunque puede parecer poco higiénico, comer un trozo de alimento que ha caído al suelo no es necesariamente peligroso, siempre que se actúe con rapidez y se considere el tipo de comida involucrada.
Redacción (Agencias)