Un estudio reciente revela que los sonidos naturales pueden reducir significativamente el estrés y la ansiedad en las personas. Los autores del estudio, Paul Lintott y Lia Gilmour, destacan cómo estos paisajes sonoros, como el canto de los pájaros, contribuyen a mejorar el bienestar físico y emocional, según la investigación publicada en PLOS ONE.
Sin embargo, los sonidos antropogénicos, como el ruido del tráfico, parecen contrarrestar los beneficios de los paisajes sonoros naturales. Estos ruidos, presentes en áreas urbanas, no solo afectan el bienestar, sino que también podrían intensificar el estrés al enmascarar los efectos positivos de la naturaleza.
El experimento incluyó a 68 participantes que escucharon tres tipos de paisajes sonoros. Aquellos que escucharon solo sonidos naturales reportaron los mayores beneficios en la reducción del estrés y la ansiedad. Por el contrario, la combinación con tráfico a altas velocidades aumentó los niveles de ansiedad.
El estudio subraya que reducir la velocidad del tráfico en las ciudades no solo mejoraría la seguridad vial, sino también el impacto positivo en el entorno sonoro urbano. Esto podría ser una herramienta clave para fomentar la conexión de las personas con la naturaleza incluso en contextos urbanos.
Los investigadores concluyen que priorizar paisajes sonoros naturales en zonas urbanas podría contribuir significativamente al bienestar humano. El control del ruido urbano se perfila como una necesidad tanto para la salud mental como para el equilibrio ambiental en las ciudades.
Redacción (Agencias)